lunes, 24 de mayo de 2010

"Teatro Colón": De qué Argentina queremos ser emblema??

Descubriendo el Colón...
Por Tato Contissa



Al Colón!! Al Colón!! Así canta la tribuna popular consagrando lo que no nació sino a espaldas de lo popular… “El Colón”… Y contra ese desprecio e invisibilidad institucionalizada igual, este pueblo generoso fue capaz de una admiración apropiada sobre algo que le era vedado… ajeno… impropio… prohibido. La impronta de las patas en la fuente del 17 es siempre referida al revés, porque la irreverencia estaba instituida por las rémoras del país del centenario, toda vez que los cabezas no podían circular por las zonas “blancas” circunscriptas de la ciudad. La indumentaria era entonces la excusa para implementar el derecho de admisión a todos los paseos citadinos que habían sido construidos o remozados para el Centenario. De allí lo revulsivo de los descamisados.
La verdad es que la primera noticia de un artista popular que haya pisado el Colón es la de la Negra Sosa en los albores de la democracia recuperada.
Y la pregunta cae desde su peso no asumido… ¿es el Colón un emblema de la argentinidad?... y de cual argentinidad?… la del centenario?...
En el centenario el proyecto de la Argentina pastoril y del modelo agroexportador satelital a la política británica en el mundo hacía su autoglorificación. La prensa, la escuela y la tribuna afianzaron la idea de eternidad de ese diseño.
Los fastos del Centenario fueron con todo el oropel imaginable. Esos festejos y su relato, constituyen la consagración misma del modelo político, económico y social de la “oligarquía vacuna”. Un país que alcanzaba el “éxito” sobre la base del fraude electoral, la democracia ficticia, y la resignación de un desarrollo propio al modelo económico de Gran Bretaña debía sostener y profundizar su sistema consagrándolo ritualmente.
Veinte años después, la indignidad y la pequeñez de ese destino pretendido se derrumbaban para siempre. En 1930 el proyecto colonial queda sin destino y solo atina a colgarse de la mustia teta del imperialismo decadente en posiciones oprobiosas como las que emblematiza el tratado Roca-Runciman .
Es el Colón emblema de eso?
O la voz de las multitudes lo ha puesto en un sitial de excelencia para todo lo que sea argentino motivo de orgullo? Al Colón!! Al Colón!! Para Gardel, Maradona, Fangio… Leloir… o ese del barrio que nos hace a todos los del barrio sentir que el barrio es una usina de talento y de belleza.
Y viste como son las cosas no? Una pregunta trae a la otra y así… a otra que no se pensaba podía ser preguntada… Es la argentinidad de mayo la misma que la del centenario? A cuál de las dos se parece más ésta, la de ahora, la argentinidad del bicentenario?... una Argentina que se piensa para todos los argentinos y para América Latina... ¿cuál es más al palo… para parafrasear a la Bersuit?
Y el Colón….a cuál de las tres argentinidades le corresponde ser emblema?
Mucha pregunta para un país que, a veces, se tapa los ojos de banderas para no ver al país real.
Lo bueno de la Argentina de hoy es que es la que es…y se promete como hacía tiempo que no se prometía, ser la que queremos ( al menos las mayorías) la que debe ser.
Pero habrá que hablarlo…habrá que animarse a hablarlo…porque, mal que nos pese somos occidentales en una gran parte….y lo mismo indios…por lo que la palabra….desde el principio mismo del mundo, la palabra…es lo que nos va a salvar…
Por eso yo no iría al Colón hasta tanto no se me aclare de qué Argentina quiere ser emblema.




R. Oscar Rovito

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